Proyecto “20 años después” en el
que los alumnos deben partir de los cuentos clásicos y reflexionar sobre cómo
podría ser la situación veinte años después, redactar un guión y realizar un
cortometraje sobre ello a lo largo de todo un curso escolar.
La
temática me parece interesante y motivadora, los cuentos son de sobra conocidos
por los alumnos, ya sea por los textos originales si han tenido acceso a ellos
o por las adaptaciones cinematográficas que se han llevado a cabo sobre los
mismos.
Además,
el propio formato del producto final también puede resultar atractivo para los
estudiantes, al emplear las TIC, que forman parte del contexto cotidiano de los
alumnos y emplean un lenguaje llamativo y atrayente. Nuestros estudiantes viven
en la era de la imagen, por lo considero que recurrir a una tecnología que se
basa en lo visual es todo un acierto.
En
relación con los dos párrafos anteriores, podría añadirse que el proyecto es
original, habitualmente los textos se trabajan centrándose en su estudio y
análisis lingüístico y de significado de forma más o menos mecánica, no suele
pedirse a los estudiantes que creen a partir de ellos y mucho menos, que lo que
elaboren sea un cortometraje, si acaso se recurre al trabajo de lo que sería un
cuentacuentos; y auténtico, puesto que reflexionar sobre qué ha podido pasar
durante los veinte años posteriores a los cuentos los alumnos relacionarán
esto, inevitablemente, con la realidad de la vida cotidiana. Estas historias
suelen acabar cuando el príncipe y la princesa se casan. Así que los
estudiantes contarán con modelos cercanos como sus padres, tíos, abuelos, o
ejemplos de personajes públicos a través de las revistas y la televisión, para
pensar sobre qué puede ocurrir durante los veinte años posteriores a la
celebración del matrimonio.
Con
respecto a la temporalización, el hecho de que el proyecto ocupe todo un curso
escolar da tiempo más que suficiente a la realización de todas aquellas
actividades y fases necesarias para llevar a cabo la creación de un producto
audiovisual completo, pudiendo relacionar además, cada ejercicio, con
contenidos del currículo y así evitar la preocupación por la viabilidad de
poner en práctica la programación del año lectivo.
Al
no estar dirigida a un curso en concreto, sino dar la posibilidad de pueda
dirigirse el proyecto a distintas etapas me parece muy acertado, puesto que así
se puede adaptar al nivel de dificultad de cada edad pudiendo así profundizar
en las reflexiones y en los detalles en los cursos superiores y obtener mejores
resultados debido a la experiencia.
En
cuanto a la relación con el currículo, se trabajan competencias básicas, en las
que hace especial hincapié la legislación, como son la Comunicación Lingüística
al partir de obras literarias y tener que trabajar tanto la comprensión y
expresión escrita como la oral; la Competencia Digital, puesto que es necesario
el empleo de las TIC como la cámara de vídeo o del Smartphone, programas
informáticos de edición de vídeo, la pizarra digital y el proyector, y el
acceso a Internet. Además, podría añadirse otras como la competencia en
Conciencia y Expresiones Culturales, puesto que los cuentos son fruto de la
cultura en la que surgen; el Sentido de Iniciativa y Espíritu Emprendedor será
también necesario para que los estudiantes se organicen y planifiquen cada fase
para poder llevar el proyecto a buen puerto; del mismo modo, al tener que trabajar
delante del grupo, que evaluar a los propios compañeros y que compartir los
vídeos en las Redes Sociales serán necesarias las Competencias Sociales y
Cívicas, que se podrán fomentar también mediante la reflexión sobre la historia
que aparece en los cuentos y las posibilidades de desarrollo de la misma a lo
largo del tiempo, hay que tener en cuenta que la mayoría de estos textos están
escritos antes del logro de aspectos tan fundamentales como la igualdad entre
sexos.
Para
poder realizar el proyecto no es necesario contar con muchos recursos, se puede
acceder a los cuentos mediante el visionado de las películas basadas en ellos
(aunque no respeten el texto original) o a través de los libros, o incluso
Internet. El guión puede redactarse a ordenador o simplemente con papel y
lápiz. Para grabar el cortometraje haría falta una cámara de vídeo, para lo que
puede recurrirse al teléfono móvil de los alumnos, pues es bastante probable
que varios de ellos, si no todos, posean uno. Con respecto al espacio, las
actividades no precisan de un lugar en concreto, pudiendo realizarse en el
aula, salón de actos, patio…Por último, los recursos humanos necesarios serían
básicamente los alumnos y los docentes implicados, aunque también se menciona
la participación de familiares, lo que yo encuentro algo más dificultoso, y la
posibilidad de contar con animadores culturales o cuentacuentos, lo que
considero más viable puesto que hoy en día existen numerosas asociaciones
dedicadas a la realización de estas actividades en centros escolares,
culturales y hospitalarios de forma voluntaria.
Por
último, con respecto a la evaluación, según parece serán los propios alumnos
los que evalúen a sus compañeros, anotando las calificaciones en una rúbrica
previamente diseñada valorando tres elementos concretos como son la trama del
cuento, la vocalización y el uso del lenguaje siguiendo una escala de 0 a 2 con
unos descriptores determinados y que deberán sumar para reflejar la nota final.
Esta forma de evaluar me parece muy interesante pero, al mismo tiempo,
considero que requiere un entrenamiento previo en habilidades sociales para que
la valoración que realicen sobre sus iguales sea lo más objetiva posible.
En
definitiva, es un proyecto original, creativo y atractivo que recomiendo
conocer y cuya evolución deberíamos seguir especialmente aquellos que estamos
comenzando a adentrarnos en el conocimiento de este tipo de metodologías
innovadoras.
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